DETALLES DEL ACUERDO SECRETO ENTRE NICOLÁS LEOZ Y LOS DUEÑOS DE TRAFFIC & TORNEOS
“Panamá Papers”: los sobornos a la Conmebol por los derechos de la Copa Libertadores
04.04.2016
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DETALLES DEL ACUERDO SECRETO ENTRE NICOLÁS LEOZ Y LOS DUEÑOS DE TRAFFIC & TORNEOS
04.04.2016
Un cántico de cancha suena muy fuerte en cada partido de la Copa Libertadores: “Dale, dale… queremos la Copa”. La que se llevó la Copa Libertadores -y por 15 años- fue la empresa T&T, que nació de la unión entre las otrora poderosas Torneos y Competencias, de Argentina, y Traffic, de Brasil.
El viernes 22 de agosto de 2003 fue un buen día para Nicolás Leoz, entonces presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol). Ese día aseguró, a nombre de la Conmebol, un contrato de cesión de los derechos de televisión de la Copa Libertadores de América entre 2004 y 2010. Posteriormente, el contrato se extendió en dos ocasiones luego de que T&T pagara millonarias sumas de dinero. La Copa Libertadores quedó en manos de este grupo empresarial desde su edición 2004 hasta la del 2018.
La Conmebol cedió los derechos de televisión de la Libertadores por esas 15 temporadas por un total de US$262,1 millones, con dos primas de extensión de contrato que totalizaron US$8 millones. La primera extensión se firmó en 2008 (por las temporadas 2011-2014) y la segunda en el 2013, antes de que Nicolás Leoz dejara la presidencia (por las ediciones 2015-2018).
La acusación dada a conocer por la justicia de Estados Unidos el año pasado afirma que la empresa T&T coimeó a Leoz y a otros directivos de la Conmebol para asegurarse los derechos del certamen más importante de la Confederación Sudamericana.
Según los documentos de Estados Unidos y los contratos a los que accedió el diario paraguayo ABC Color, otros dirigentes beneficiados en este esquema son: el uruguayo Eugenio Figueredo, ex presidente de la Conmebol (sucedió en 2013 a Nicolás Leoz); el eterno secretario general, el argentino Eduardo De Luca y el ex vicepresidente de la FIFA y titular de la Asociación de Fútbol Argentino, el fallecido Julio Grondona.
A simple vista, todos estos acuerdos parecen tener un sustento legal, excepto por un detalle. El Departamento de Justicia de Estados Unidos aseguró en la acusación presentada en mayo de 2015 -y ampliada en noviembre, cuando fue detenido Juan Ángel Napout en Zurich- que dos empresas vinculadas con T&T, llamadas Somerton y Valente (domiciliadas en paraísos fiscales) sirvieron como intermediarias para pagar sobornos a dirigentes de la Conmebol. Uno de ellos sería Nicolás Leoz, quien hoy cumple prisión domiciliaria y está a la espera de una extradición a Estados Unidos.
Para entender las negociaciones de la Conmebol con las diferentes empresas es importante saber que la entidad matriz del fútbol sudamericano tiene tres competencias emblemáticas a la hora de comercializar los derechos: Copa América, eliminatorias mundialistas y la Copa Libertadores de América.
La empresa Torneos & Traffic estaba liderada por Alejandro Buzarco, hoy procesado también como Leoz, Napout y otros ex dirigentes de la Conmebol involucrados en varias causas que van desde conspiración ilegal para delinquir hasta el pago de sobornos. T&T era gestionada por el bufete de abogados panameño Mossack Fonseca y tuvo su sede primero en Islas Caimán (paraíso fiscal) y luego, a mediados de la década pasada migró a Holanda, donde levantó serias sospechas de conducta empresarial fraudulenta.
Traffic, por su parte, estaba comandada en los ’80 por José Hawilla, quien según la acusación de Estados Unidos pagó sobornos a Leoz y a otros directivos de la Conmebol para hacerse con los derechos de transmisión de la Copa América desde 1987 hasta 1995. El mismo Hawilla ha confesado haber hecho esos pagos.
En el documento de la acusación de Estados Unidos se detalla que el 23 de enero de 1991 se firmó en Asunción (sede de la Conmebol) un contrato entre Traffic y la confederación. Este documento se suscribió en las oficinas del Banco do Brasil de Asunción, cuyo edificio es propiedad de Nicolás Leoz.
Como anécdota, la acusación de EE.UU. añade que ese mismo día –miércoles 23 de enero– en el evento de la firma del contrato todos los directivos, tanto de la Conmebol como de Traffic, firmaron el acuerdo, salvo Leoz, el hombre clave para que se hiciera efectivo el documento.
El ex titular de la Conmebol tenía planeada otra estrategia. El documento de acusación de la justicia de Estados Unidos la describe así: “En ese tiempo, el cómplice 2 (José Hawila) firmó el contrato en nombre de Traffic, así como también dos directivos de la Conmebol. El acusado Nicolás Leoz no firmó ese día. Luego, en una reunión privada, Leoz le dijo al cómplice 2 (José Hawila) (…) que el cómplice 2 (Hawila) haría mucho dinero con los derechos que estaba adquiriendo y que Leoz no creía justo que él no ganara dinero (por la firma del contrato)”.
Y continúa: “Leoz le dijo al cómplice 2 que él no iba a firmar el contrato si el cómplice 2 (José Hawila) no acordaba pagarle una coima. Luego de que el cómplice 2 hubo acordado hacer el pago, Leoz firmó el contrato. El cómplice 2 pagó una suma en dólares de seis dígitos (NdR: cientos de miles de dólares, no especificados en el documento) a una cuenta elegida por Leoz”.
Hawila, con los años, dejó la dirección de Traffic a uno de sus fieles aliados: José Margulies, también conocido como “José Lázaro”, quien era dueño de las empresas “coimeadoras” como Somerton y Valente. Esta relación se desprende de la investigación internacional “Panamá Papers”, del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), y de los documentos filtrados del bufete de abogados panameño Mossack Fonseca.
Monserrat Jiménez, directora jurídica de la Conmemobol, confirmó a ABC Color a través de un correo electrónico que el contrato con T&T fue rescindido el año pasado durante la presidencia de Juan Ángel Napout, quien ahora también está procesado por el escándalo de los sobornos. La Conmebol recién cortó lazos con T&T cuando se dio a conocer el caso “FIFA Gate”, a mediados del año pasado.
Ahora la dueña de los derechos de televisión es Fox International Channels (FIC) del conglomerado estadounidense 21st Century Fox. Ellos pagaron, según Conmebol, US$450 millones por los derechos de la Copa Libertadores, la Recopa y la Copa Sudamericana de los años 2016, 2017 y 2018. ABC Color ya había publicado en noviembre pasado que la Conmebol rechazó una oferta de Global Sports (del empresario Francisco Casal) por los derechos de televisión de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana entre 2015 y 2020 por un total de US$805 millones (vea un reportaje de CIPER sobre la relación que existe entre T&T y Fox).
José Marguiles, la mano derecha de José Hawilla, que quedó a cargo de la gestión de Traffic, según la acusación del Departamento de Justicia de Estados Unidos, sobornó a directivos de la Conmebol a través de sus empresas personales: Somerton y Valente, constituidas en paraísos fiscales, las islas Turks and Caicos, un territorio de ultramar del Reino Unido, y Panamá, respectivamente.
Somerton era una sociedad ficticia creada en los años 80, pero que recién tuvo dueño real en el nuevo siglo. Fue esta sociedad la que suscribió un contrato con T&T para organizar la logística de la Copa Libertadores, como los viajes y organización de los equipos.
En los papeles, Somerton servía para la “estructuración, planeamiento, desarrollo y supervisión de los servicios de transmisión y logística, desplazamiento de los equipos a los estadios”.
Inicialmente, el contrato entre T&T (alianza de Buzarco y Margulies) y Somerton (Margulies) iba hasta la edición 2018 de la Copa Libertadores de América. Sin embargo, en 2011 se produce un quiebre. Fue el mismo Margulies quien cedió los derechos de su empresa Somerton a otra sociedad de su propiedad llamada Valente, domiciliada en Panamá. Esto ocurrió en 2011 y Valente cumplía, en los papeles, la misma función que Somerton. El detalle es que Valente tenía como accionistas a todos los parientes de José Margulies; como su esposa, Nirvana Margulies y sus hijos Elis Regina Margulies y Claudio Fabián Margulies.
Esto demuestra cómo la Conmebol, entonces de la mano de Nicolás Leoz, cedió los derechos de la Copa Libertadores a una compañía que creaba sociedades a placer para manejar el dinero sucio.
La cesión de los derechos a T&T tiene otro trasfondo. Según la acusación del Departamento de Justicia de Estados Unidos, las sociedades de Marguiles –Somerton y Valente- eran las compañías a través de las cuales se pagaron los sobornos a los directivos de la Conmebol para garantizarse los derechos de televisión de la Copa Libertadores. Entre estos directivos están el paraguayo Nicolás Leoz, el uruguayo Eugenio Figueredo, el eterno presidente del Futbol Argentino, el ya fallecido Julio Grondona, y el ex tesorero de la Conmebol, el boliviano Romer Ozuna.
El texto de la justicia de Estados Unidos afirma que tanto Somerton como Valente, las empresas de Margulies, usaban entidades financieras estadounidenses para pagar los sobornos. En otra parte de la acusación se cuenta que esos pagos se hacían a través del National Delta Bank a la sede de Nueva York del Banco do Brasil, desde donde llegaba el dinero a Paraguay. Otro de los bancos con los que operaban las empresas de Margulies era el Standart Chartered de Nueva York. Es por eso que Estados Unidos abrió la investigación fiscal.
El abogado Ricardo Preda, del equipo legal de Nicolás Leoz, afirmó al diario ABC Color que se encuentra centrado en el proceso de extradición del ex titular de la Conmebol, ya que el gobierno de Estados Unidos lo requirió luego de imputarlo. Esta fase del proceso, explicó, nada tiene que ver con los hechos que pudo o no haber cometido Leoz en el sentido de recibir coimas de parte de estas empresas. Y recordó que en Paraguay no hay castigo penal por recibir dinero como coima entre empresas privadas o particulares, como se entiende en este caso, ya que la Conmebol no es una entidad pública. Estados Unidos sí castiga esta figura.
Preda comentó que el proceso de extradición de Leoz no lo obliga a reconocer o no su culpabilidad. Consultado sobre si Leoz se manifestó sobre su culpabilidad o no en el juicio, el abogado respondió que ni siquiera le ha preguntado eso ya que no es necesario para el proceso legal que actualmente enfrenta.